¿QUÉ ESTÁS PENSANDO? Esta pregunta al inicio de mi estado la encuentro agresiva, Y me pregunto por qué han de saber qué estoy pensando, ¿es acaso relevante e importante lo que yo piense?, como si esto fuera trascendente para la vida de los demás. Esto me explica el por qué algunos escriben hasta los eructos de su existencia (necesidad de expresar nuestra realidad).
Mi formación artística y cierta sensibilidad frente a lo que observo y veo, descubro que nos gusta pensarnos como cocteleras de información de la que extraemos nuestra materia prima para crear. En general, no creo en genialidades ni excentricidades, eso se lo dejo a Dios Padre quien es el verdadero creador .
Leyendo a los clásicos como Platón y Aristóteles quienes consideraban que el rasgo distintivo del arte es que representa o reproduce la realidad. Para mi eso quiere decir que nada sale de la nada, lo que confirma es que conforme han pasado los siglos las formas, herramientas, lenguajes, etc con las que se han materializado esas realidades han ido multiplicándose y por tanto muchas veces los discursos se han complejizado.
De alguna manera cada uno de nosotros somos esos recipientes en los que se mezclan todos los descubrimientos, aprendizajes, vivencias y con todo ello producimos algo. Nada nos pertenece en exclusiva y sin embargo esos productos que hemos mezclado en nuestros interiores y que elegimos visibilizarlos en forma de conversaciones, pinturas, ilustraciones, canciones, piezas escénicas, muebles, novelas, jardines, comidas o lo-que-sea-que-hagamos, ¿ameritan el reconocimiento de nuestros pares y semejantes?... Creer que esa realización solo le pertenece a esa persona (o grupo de personas) es, además de mezquino, ¡imposible!.
Desde que nacemos aprendemos por copia: copiamos gestos, palabras, acciones, juegos. En el compartir reproducimos esas copias y a la vez nos re-copiamos. Las sociedades existen gracias a ese flujo de re-contagio, de copiarnos (copy page), podríamos decir. Creamos y recreamos porque somos capaces de copiar a nuestros precedentes. ¿..? Bien, es lo que hoy he estado pensando. Y no piensen que estas ideas son originales de mi persona. Si no más bien el producto de haber estudiado y leído a distintos seres humanos.
Mi formación artística y cierta sensibilidad frente a lo que observo y veo, descubro que nos gusta pensarnos como cocteleras de información de la que extraemos nuestra materia prima para crear. En general, no creo en genialidades ni excentricidades, eso se lo dejo a Dios Padre quien es el verdadero creador .
Leyendo a los clásicos como Platón y Aristóteles quienes consideraban que el rasgo distintivo del arte es que representa o reproduce la realidad. Para mi eso quiere decir que nada sale de la nada, lo que confirma es que conforme han pasado los siglos las formas, herramientas, lenguajes, etc con las que se han materializado esas realidades han ido multiplicándose y por tanto muchas veces los discursos se han complejizado.
De alguna manera cada uno de nosotros somos esos recipientes en los que se mezclan todos los descubrimientos, aprendizajes, vivencias y con todo ello producimos algo. Nada nos pertenece en exclusiva y sin embargo esos productos que hemos mezclado en nuestros interiores y que elegimos visibilizarlos en forma de conversaciones, pinturas, ilustraciones, canciones, piezas escénicas, muebles, novelas, jardines, comidas o lo-que-sea-que-hagamos, ¿ameritan el reconocimiento de nuestros pares y semejantes?... Creer que esa realización solo le pertenece a esa persona (o grupo de personas) es, además de mezquino, ¡imposible!.
Desde que nacemos aprendemos por copia: copiamos gestos, palabras, acciones, juegos. En el compartir reproducimos esas copias y a la vez nos re-copiamos. Las sociedades existen gracias a ese flujo de re-contagio, de copiarnos (copy page), podríamos decir. Creamos y recreamos porque somos capaces de copiar a nuestros precedentes. ¿..? Bien, es lo que hoy he estado pensando. Y no piensen que estas ideas son originales de mi persona. Si no más bien el producto de haber estudiado y leído a distintos seres humanos.